Ignora mi aborto y sigue bailando I
- David Córdoba
- 9 jun 2016
- 3 Min. de lectura
PRIMERA PARTE
Ignora mi aborto y sigue bailando.
Un recorrido por la sucia obra de Yakov Levi

Para beneplácito de los fanáticos del John Waters de Ucrania, se llevará a cabo una retrospectiva de Yakov Levi, dentro de la primera edición del Stuff Film Festival. Por primera vez, la Ciudad de México podrá presenciar el sórdido y, en el mejor sentido de la palabra, marrano mundo de este polémico cineasta. A continuación les presentamos una serie de terribles historias reales de cómo filmar en Ucrania sin morir en el intento. Gócenlo.
Ghost of Marquis de Sade (2002)
Una estriper, una prostituta y una actriz constituían el reparto del primer corto de Yakov Levi. Sin saber realmente qué estaba haciendo y sin contar con experiencia previa, su pasión por el cine de John Waters lo impulsó a crear su propio retorcido mundo fársico, excesivo y vulgarmente caricaturesco.
El rodaje de Ghost of Marquis de Sade se llevaría a cabo en un pequeño departamento en Kiev, rentado por una sola noche. El único equipo con el que contaba era una pequeña cámara de video y una lámpara de escritorio, que sujetaba en la otra mano, como única fuente de luz.
Sin plan de rodaje ni ensayos y un guión escrito en apenas un par de horas, Yakov tiene en mente filmar la noche entera. A las seis de la tarde, en un ambiente gélido, el elenco se reúne con Levi. Pero sus planes se complican cuando la prostituta le dice al director que a la mañana siguiente tiene un examen en la universidad. Hasta ese momento sólo le quedaban seis horas para completar el rodaje. Todo debía realizarse en tiempo récord: escrita en dos y filmada en ocho.
Con una suerte diabólica, Yakov logró completar el corto en tan breve tiempo, pese a lo excéntrico de su primera obra, con subversivas escenas lésbicas donde una chica, poseída por el espíritu del romántico francés por excelencia, el Marqués de Sade, empala con una escoba a otra chica; hasta que son salvadas por el espectro de Sacher-Masoch, quien les pide a cambio una sesión de dolor.
Curiosamente, en Ghost of Marquis de Sade, en realidad, no hay un desnudo completo. ¿Por qué no los hay si el reparto consiste en estripers y prostitutas?
La respuesta podría hallarse en el hecho de que muchos de los amigos del director aún vivían con el antiguo miedo soviético y con paranoia. Le habían dicho que la policía secreta revisaba el equipaje en el aeropuerto en busca de material cuestionable. El temor de Yakov fue tal que las chicas se dejaron la ropa puesta; y aunque se chupan los senos, el sostén queda intacto.
Pese a sus raíces ucranianas, Yakov es originario de Toronto, Canadá; sin embargo, Ucrania era el lugar ideal para sus rodajes, ya que ahí “todo es más barato”. Tras finalizar el rodaje regresa a Toronto y empieza la edición del corto. Sin experiencia previa, Yakov Levi toma la iniciativa de tomar el mando del montaje, el resultado: un desastre prácticamente impresentable para una audiencia, hasta que vía internet Yakov encuentra a un editor con más experiencia, salvando el proyecto y evitándose una crisis de nervios.
A pesar de ser desorganizado y amateur como ningún otro, hermosas actrices ucranianas se acercaban a Yakov, quien era un cineasta en una tierra donde nadie filmaba. “Todos decían que eso era muy cool”, menciona Levi.
Ahora seguía su siguiente corto, por supuesto, pensado para filmarse en Ucrania.
Comments